Desechos y otras basuras
miércoles, 17 de agosto de 2011
Y no fue infeliz
Supo que se había hecho mayor cuando cambió el acuerdo que desde niño hizo con su memoria nada más descubrir que tenía aquella extraña habilidad o premio o regalo o patología que le permitía borrar recuerdos a su antojo para desechar las narraciones pero no los espacios que ocupaban en el archivo donde quedaban como cajones vacíos o carpetas vacías o vacío lo que quiera que se use en los archivos para guardar las cosas;
borró para el futuro todo aquello que en algún presente le causó angustia o dolor o miedo o tristeza o desazón o ira o vergüenza o soledad o melancolía pero que allí quedaban convertidos en el vacío que llenaba los cajones vacíos o carpetas vacías o vacío lo que quiera que se use en los archivos para guardar las cosas;
y el vacío le recordaba que hubo allí alguna vez angustia o dolor o miedo o tristeza o desazón o ira o vergüenza o soledad o melancolía hasta que se hizo mayor y cambio el acuerdo que desde niño hizo con su memoria nada más descubrir que tenía aquella extraña habilidad o premio o regalo o patología que le permitía borrar recuerdos a su antojo para desechar las narraciones pero no los espacios que ocupaban en el archivo donde quedaban como cajones vacíos o carpetas vacías o vacío lo que quiera que se use en los archivos para guardar las cosas;
y decidió entonces borrar todo aquello que en algún presente le causó sosiego o consuelo o ensueño o alegría o dicha o templanza o claridad o amparo o ánimo para que quedaran convertidos en el vacío que llenaba los cajones vacíos o carpetas vacías o vacío lo que quiera que se use en los archivos para guardar las cosas;
y el vacío le recordaba que hubo allí alguna vez sosiego o consuelo o ensueño o alegría o dicha o templanza o claridad o amparo o ánimo desde que se hizo mayor y cambió el acuerdo que desde niño hizo con su memoria nada más descubrir que tenía aquella extraña habilidad o premio o regalo o patología que le permitía borrar recuerdos a su antojo para desechar las narraciones pero no los espacios que ocupaban en el archivo donde quedaban como cajones vacíos o carpetas vacías o vacío lo que quiera que se use en los archivos para guardar las cosas;
y no fue infeliz.
miércoles, 10 de agosto de 2011
NADA
Nada más que nada dejó tras de sí. Simplemente nada, nada absolutamente fue lo que vio al volverse y buscar un aire que ya no estaba allí donde creía que todo había estado y donde creyó ser libre y donde creyó haber creado y haber sido creado y donde creyó haber dejado algo de sí. Nada más que nada. El futuro anunciado inexistente NO FUTURE era ya el pasado despojado hasta del vacío y los cuadros fueran despojados de las formas y las historias fueran despojadas de la lógica y la música fuera despojada de la armonía y las palabras fueran despojadas de las reglas de la sintaxis. Te avisé parecía decirle la memoria que adivinaba los despojos más allá de aquella nada simple, absoluta nada que fue lo que vio al volverse y buscar un horizonte que ya no estaba allí donde creía que todo había estado. Fue el futuro lo que dejó tras de sí. Aquel futuro que había sido tal y como le habían avisado: NO. ¿Y no hay náufragos en esa desolación? le preguntaron y respondió Si los hay no pude verlos.
O no supo.
O no supo.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)